sábado, 23 de agosto de 2014

El sistema de los chakras

EL SISTEMA DE CHAKRAS



· Aparte del cuerpo físico, el ser humano dispone de cuerpos o capas, canales (nadis) y centros (chacras) energéticos. Chakra es un término sánscrito utilizado por los vedas para los centros o vórtices energéticos del cuerpo humano y puede traducirse como « rueda » ó «círculo».

· Conforme la energía continúa viajando a través de los nadis al sistema nervioso, ésta se dispersa entonces dentro del sistema endocrino. Desde allí viaja al torrente sanguíneo, las células, electrones y átomos.

· Entre las funciones principales de los chakras están la recepción, acumulación, transformación y distribución de la energía universal.

· Normalmente se suelen reconocer siete capas y cada una
de ellas se asocia con un chakra. 
La primera capa y el primer chakra están relacionados con el funcionamiento del cuerpo y la sensación física. La primera capa guarda relación con el funcionamiento automático y autónomo del cuerpo. 
La segunda capa y el segundo chacra se relacionan con el aspecto emotivo de los seres humanos.
La tercera capa y el tercer chakcra están asociados con nuestra vida mental, mientras que el cuarto nivel que se relaciona con el chakra del corazón es el vehículo por medio el cual amamos. 
El quinto nivel está relacionado con una voluntad más elevada que tiene mayor conexión con la voluntad divina y el quinto chakra se asocia con el poder de la palabra, escuchando y aceptando la responsabilidad por nuestras acciones. 
El sexto nivel y el sexto chakra están asociados con el amor celestial que abarca y protege la vida. 
Por último, la séptima capa y el séptimo chakra guardan relación con el pensamiento elevado, el conocimiento y la integración de nuestra formación espiritual y física.
· Aunque todo el cuerpo físico está lleno de puntos energéticos que han sido señalados por el sistema de acupuntura de la medicina china, se suele hablar de siete chakras principales y unos 21 chakras secundarios, siendo la diferencia entre ellos el número de canales energéticos que confluyen en la zona.

Los principales son los de la base, sacro, plexo solar, corazón, garganta, frente y corona. Las posiciones de los secundarios son las siguientes: uno delante de cada oreja, uno encima de cada pezón, uno donde se unen las clavículas, uno en la palma de cada mano, uno en la planta de cada pie, uno detrás de cada ojo (no se muestran en la ilustración), uno relacionado con cada gónada, uno cerca del hígado, uno conectado con el estómago, dos conectados con el bazo, uno en cada corva, uno cerca del timo y uno cerca del plexo solar.
· Cada chakra se asemeja a una flor abierta con forma de embudo que tiene diferente número de pétalos y posee ciertos colores que son más o menos brillantes según el estado evolutivo de la persona. Los pétalos son en realidad pequeños torbellinos giratorios que se mueven a velocidades muy altas.
· Así como los siete chakras principales están vinculados entre sí, el chakra del corazón está vinculado con los chakras de las manos y el primer chakra está relacionado con los chakras de los pies.
· Cada persona tiene una tendencia específica con respecto a la energía, de forma que hay una mano favorable a la emisión energética (la derecha para los diestros) y otra para la recepción (la izquierda para los diestros).
· Cada chakra tiene una parte frontal y una parte posterior, a excepción del primero y del séptimo. Todos los chakras están unidos entre sí por un canal energético, sushumna ó canal central, que se extiende a lo largo de toda la espina dorsal.
Existe una correspondencia entre cada chakra y las diferentes glándulas del sistema endocrino.

· Ante una experiencia desagradable, la persona puede reaccionar bloqueando sus sentimientos y deteniendo gran parte de su flujo energético natural. De esta forma el chakra se tapona, se atasca con la energía estancada, gira de forma irregular o en el sentido contrario al de las agujas del reloj e incluso puede deformarse o rasgarse.
Según el sistema taoísta, cuando nos encontramos en un estado emocional alterado o nos dejamos llevar por la ira, el temor, el miedo, etc. nuestros órganos se obstruyen y tendemos a estar cansados, sin reflejos o alegría. Los problemas en los órganos pueden hacer que se manifiesten ciertas emociones: cuando los pulmones están débiles la persona mostrará tristeza y depresión; cuando el hígado está desequilibrado surgirá la ira; cuando el corazón se calienta demasiado aparece el odio, la crueldad y la impaciencia además de una falta de vitalidad; los problemas del estómago, bazo y páncreas se asocian a la angustia, tristeza y falta de estabilidad y decisión, mientras que unos riñones bajos de energía pueden ser la causa de tristeza, miedo y la falta de fuerza de voluntad y alicientes. En este caso, la meditación de la Sonrisa Interior es una herramienta muy útil para transformar cualquier energía estresante en energía positiva.
· El funcionamiento normal de un chakra sería el de girar en el sentido de las agujas del reloj para metabolizar las energías particulares que necesita. Si el chakra no está abierto, es decir, está cerrado o bloqueado, girará en el sentido contrario a las agujas del reloj, con lo que la corriente de energía va desde el centro del chakra hacia fuera. Una de las funciones de los chakras es la de proporcionarnos información sobre el mundo que nos rodea, así que si tenemos algún chakra bloqueado, no sólo impedimos que entre la información, sino que además captamos como algo externo la información que el chakra envía hacia fuera al girar en el sentido contrario a las agujas del reloj. Esto es lo que comúnmente se conoce en psicología como proyección, una realidad imaginaria basada en nuestras experiencias individuales previas.

· Es común que la persona tenga varios chakras bloqueados y también es corriente que los pares de chacras (frontal y posterior) funcionen de manera no armónica, lo que produce que haya un exceso de funcionamiento en uno y una hipofunción en el otro no pudiéndose combinar los dos aspectos del chacra al mismo tiempo.
· Los bloqueos se pueden liberar a través de vibraciones energéticas que se aproximen a las frecuencias con las que un chakra vibra de forma natural. Estas vibraciones se pueden encontrar por ejemplo en los colores, las piedras y cristales, los sonidos (naturales, los de los cuencos de cristal, tibetanos, gongs, etc.), los aceites esenciales, la naturaleza, el yoga, la luz, la geometría sagrada, las diferentes técnicas energéticas, etc. Tan pronto como nuestros chakras entren en contacto con frecuencias más elevadas y puras que las de su estado actual, comenzarán a vibrar con mayor rapidez, y las frecuencias más lentas de los bloqueos se irán disolviendo progresivamente. Entonces, los centros energéticos podrán absorber nuevas energías vitales y retransmitirlas a los cuerpos no materiales.
Cuando en este proceso de purificación y clarificación se liberan las energías estancadas, sus contenidos aparecen una vez más en nuestra conciencia. Con ello podemos vivir de nuevo las mismas sensaciones que causaron el bloqueo: nuestras angustias, nuestra ira y nuestro dolor. Las enfermedades corporales pueden surgir por última vez antes de ser totalmente eliminadas. Durante estos procesos es natural que nos sintamos intranquilos, excitados o incluso muy cansados, pero tan pronto como las energías tengan el camino despejado nos sentiremos llenos de alegría, serenidad y claridad.
Otra forma de disolver los bloqueos energéticos en los chacras consiste en la aceptación incondicional de uno mismo. Esta aceptación implica una liberación de las tensiones, las contracciones y los bloqueos. Si rechazamos algún aspecto nuestro de forma consciente o inconciente, juzgándolo y rechazándolo, la tensión no sólo permanecerá, sino que el bloqueo se hará más pronunciado. Hemos de estar dispuestos a ver nuestras debilidades y tener el valor de decir sí a todo sin excluir nada.


Para mas adelante, escribiré como detectar los bloqueos en los Chakras

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